La mayoría de nosotros huimos de Dios, no querer desprendernos de ciertas costumbres o haber hecho cosas que nos hacen sentir que no somos merecedores de su amor, pero ninguno lo es, todos somos pecadores. Dios nos ama y nos salva por su inmenso e inevitable amor, por su maravillosa gracia y su infinita misericordia, no somos rescatados, salvados y transformados por hacer todo bien, sino porque Dios quiere, Él te eligió a ti para que seas feliz, te perdonó para hacerte libre y día a día sin importar lo que hagas su misericordia se renueva y te sigue dando la oportunidad.
Se que muchas veces nos apartamos del camino y hacemos cosas que desagradan a Dios, esto nos hace sentir culpables y avergonzados, creemos que Dios nos señala y nos retira su amor por "fallarle" pero no, Dios siempre esta y nunca nos desprecia, obviamente cada decisión que tomamos tiene una consecuencia, pero Dios permanece, yo particularmente he hecho muchas cosas que no le agradan a Dios, pero Él ha sido bueno y fiel aún cuando yo lo "decepciono" así que en esos momentos donde nos descarriamos y nos escondemos porque no queremos que Él nos vea es cuando está más presente y bueno no podemos escondernos, porque Dios es omnipresente, su amor nos persigue, debemos dejar de huir y enfrentar la situación, pedir perdón, perdonarnos y seguir adelante, no podemos huir de un regalo maravilloso como es la presencia de Dios y su amor.
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